Las reacciones alérgicas son procesos complejos y pueden variar en función de su origen; las reacciones anormales a los alimentos de tipo no tóxicas, alérgicas y no inmunes se conocen también como intolerancias alimentarias, y pueden ser el resultado de déficits enzimáticos, de la presencia de sustancias químicas o de los aditivos que se añaden a los alimentos.

Entre el 20 y el 35% de la población presenta efectos derivados de una hipersensibilidad o intolerancia alimentaria, por lo que el test de intolerancia por sangre presenta gran utilidad al determinar los anticuerpos en suero frente a más de 200 proteínas de alimentos de la dieta mediterránea, y, además, está especialmente indicado en aquellas personas que presentan algún tipo de sintomatología relacionada con trastornos gastrointestinales, respiratorios, psicológicos, musculo-esqueléticos o neurológicos sin diagnostico etiológico y/o sin mejoría con los tratamientos médicos habituales.